Ayer visité el puerto de Hinojedo que hace unas semanas corría el peligro de ser demolido por una extemporánea idea del alcalde de Suances que debe creer que todo vestigio del pasado que no sea agradable a la vista, es decir bonito, debe ser eliminado sin considerar sus valores históricos, sociales, patrimoniales…
Como la demolición se paralizó (gracias al partido que está en la oposición, el PRC, es justo reconocer su actitud), si uno pasea por ese entorno, como lo hacen muchos ciudadanos a pie o en bicicleta, se encuentra con el esqueleto de unas construcciones que sin querer te transportan al pasado.
El almacén y el cargadero de mineral te cautivan en el mejor sentido de la palabra. Te evocan tiempos en los que una frenética actividad tuvo este pequeño puerto. No es necesario, aunque conveniente, ver las fotografías de un panel explicativo para comprobarlo.
Pero debemos mirar hacia el futuro y pensar en las posibilidades que tiene este pequeño enclave portuario. Por supuesto, no es comprensible que se derribe, por más que su estado es manifiestamente decadente, sino que tenemos que pensar en las posibilidades que ofrece una infraestructura portuaria más que centenaria. Su incorporación al paseo (carril bici) que discurre a su lado sería una buena alternativa; por supuesto, hay que afianzar el edificio, dotar al entorno de las necesarias medidas de seguridad y demás: restituir la cubierta, reforzar los muros… serían los primeros pasos a dar.
Este pequeño puerto mineralero e industrial es francamente evocador, pero también plácido, pese a que a sus espaldas esté todavía una fábrica activa.
Es NUESTRO deber que no se olvide NUESTRO pasado.
A continuación, algunas fotografías:
PATRIMONIO INDUSTRIAL DE CANTABRIA 